Man[re]sa, 15 de 1846
Mi querido amigo: aunque todavía no estoy en la tierra de olvido, sin embargo, nadie se acuerda de mi. Hasta Cayetano, que al·menos todas las fiestas me visitaba, ha dexado de hacerlo, aun estando enfermo más de un mes. Yo lo atribuyo picedido [sic] barcelonés, porque yo no quize escribir a v[uestra] m[erced] de que me entregó 6 duros, lo que no me dijo por intereses. No quiero mentir ni hacer trahición a v[uestra] m[erced] y en asunto de misas es menester hablar con labios aviertos. Jo he recibido de Cayetano 26 duros y ya dixe a v[uestras] m[ercede]s las misas que tengo celebradas. Yo no pido a v[uestras] m[ercede]s ahora la limosna por ellas, ni si son de 7 s[ueldos], 6 [dineros] o más, que de todo les doy las gracias. Vamos a lo mejor, a lo menos para mi. Ayúdeme v[uestra] m[erced] en dar gracias a D[io]s, que ha permitido, a pesar de mi grande indignidad, le haya recibido y celebrado otra vez. ¿Y porque no he de convidar a los enemigos porque se regocigen conmigo? Alégrate hija del divino amor y dolor con todas mis conocidas Pepas y Miquelas, Ritas # # #.
Nada se #, ni cómo está el bolsillo del jugador. A mi me conviene huyir de·[e]llos. No sé si Manuela havrá vuelto con triunfo de la corte. Yo aguardo a v[uestras] m[ercede]s quando irán a Verga para tener la satisfacción de tener a v[uestras] m[ercede]s en esta su casa y verán mi retrato de mérito exelente que me ha regalado este Ill[ustr]e ayun[tamien]to mientras viva y después se pondrá donde se juntan los ad[ministrado]res de las infantas huérfanas.
El penúltimo domingo con tres [de] sus compañeros vino Colominas sano. Me dixo q[u]e les escribió mi estado. Qué quieran que no dé [a] v[uestras] m[ercede]s,
Ràfols